El cerebro ha evolucionado para protegernos de la ingestión de sustancias nocivas como toxinas o venenos. Una de las formas en que el cuerpo detecta toxinas es a través de las señales sensoriales que recibe—especialmente cuando algo interfiere con el funcionamiento normal del sistema nervioso central. Por ejemplo, cuando el equilibrio del cuerpo se ve afectado, como ocurre cuando ingerimos una sustancia tóxica, el cerebro puede interpretar esto como una amenaza y desencadenar el vómito para eliminar el posible veneno.
Discordancia Sensorial y Vómitos
1. Señales de Problema por Discordancia Sensorial
Cuando estás a bordo de un barco, tu oído interno (responsable del equilibrio a través del sistema vestibular) detecta el movimiento del barco. Sin embargo, tus ojos pueden no percibir el mismo movimiento si estás mirando algo estático, como el interior de una cabina o un libro. Esto crea una discordancia sensorial, es decir, información conflictiva entre lo que ven los ojos y lo que siente el oído interno. Este conflicto es lo que genera el malestar.
2. La Confusión del Cerebro
El cerebro, diseñado para detectar problemas que puedan amenazar al cuerpo, está “programado” para asumir que este tipo de alteraciones en las señales sensoriales podrían ser indicios de que el sistema nervioso central ha sido comprometido. En nuestros ancestros, este tipo de disfunción a menudo ocurría cuando alguien ingería neurotoxinas o venenos. Por lo tanto, el cerebro interpreta este conflicto sensorial como un posible envenenamiento, y piensa: “Algo está mal, tal vez me he envenenado”.
3. Activación del Mecanismo de Defensa
Como respuesta protectora, el cerebro activa el reflejo de náuseas y vómitos para eliminar el “veneno” percibido, aunque en realidad no haya ningún veneno presente. El vómito es la manera en que el cuerpo intenta expulsar toxinas, incluso cuando la causa real es simplemente el conflicto sensorial causado por el movimiento.
¿Por qué Sucede Esto?
Este fenómeno tiene su origen en nuestra historia evolutiva. Hay dos razones principales:
Supervivencia Evolutiva: Este mecanismo probablemente evolucionó porque, en el pasado, la ingestión de toxinas provocaba una alteración en las señales sensoriales del cuerpo, especialmente en el sistema vestibular, responsable del equilibrio. Esta discordancia sensorial desencadenaba una respuesta defensiva en el cerebro: el vómito, con el fin de expulsar el veneno o toxinas ingeridas. De esta manera, el cuerpo aprendió a reaccionar rápidamente ante situaciones potencialmente mortales, como la ingestión de sustancias venenosas.
Reflejo Primitivo: Nuestro cerebro aún no tiene una forma perfecta de diferenciar entre un verdadero envenenamiento y una discordancia sensorial temporal causada por fenómenos modernos como el movimiento de un barco o un coche. Por lo tanto, por precaución, el cerebro activa el mecanismo de defensa, induciendo náuseas y vómitos como si el cuerpo hubiera sido envenenado.
Resumen
En esencia, la discordancia sensorial entre lo que siente el oído interno y lo que ven los ojos es interpretada por el cerebro como una señal de envenenamiento neurotóxico. Esto activa el antiguo mecanismo de defensa del cuerpo: las náuseas y el vómito, que protegen al organismo de una amenaza percibida, aunque la causa sea simplemente el movimiento del barco y no una toxina real.
Este curioso mecanismo evolutivo es lo que explica por qué el mareo, ya sea en el mar, en el coche o en el aire, puede generar síntomas tan molestos como las náuseas y el vómito.
Subrayo lo anteriormente dicho por Diego “ Impecable ” Luca como siempre ! 👌
Impecable Luca. Cómo siempre. Gracias por tu gran obra náutica..,!!